Vivimos en un ritmo tan acelerado que pareciera que el tiempo nos absorbe a diario, en la cual no siempre terminamos satisfechos con lo que hacemos, tanto en la vida personal y profesional. Las decepciones, el desempleo, las necesidades insatisfechas y las realidades sociales en la que vivimos con un futuro muchas veces incierto por nuestra misma realidad existencial y hace que nuestros días a días este por las presiones de los contextos externos del mismo estrés. No todos los seres humanos tenemos la misma capacidad de enfrentar los problemas o resistir tantos embates y acaban por declinar en la depresión. Las personas que saben sostenerse a pesar de todo son a través de una fuerza psicológica, filosófica y teológica que los empuja a salir de las diversas dificultades que la vida le presenta. Como dice el refrán tan popular “Al mal tiempo, buena cara” o “Dios aprieta, pero no ahorca” es por eso, que aquellas personas que tienen capacidades de sobrellevar sus tormentas con la mayor sabiduría de su propia experiencia sin derrumbarse ante ningún fracaso.
Es decir, todas las herramientas que tiene a la mano para no perder la paz y menos la alegría de seguir luchando, pero sobre todo somos capaces de enfrentar lo que sea a través de la fuerza del conocimiento psicológico, filosófico y teológico de nuestro propio interior. En otras palabras, sucede que esta fuerza la tenemos a través de la misma sapiencia del conocimiento o de la praxis de los actos de nuestro ser. Solo que algunas personas han podido desarrollarse más que otra. Todo depende de la personalidad de cada uno y de la experiencia que tenga o de la circunstancia en la que se encuentra, porque hay personas que pueden ver el vaso medio lleno, pero otras son capaces de verlo medio vacío. Los seres humanos debemos aprender que la fuerza de la vida es una suma de herramientas que debemos aprender a encontrar en nosotros mismo, para así poder salir adelante, sea cual sea el problema que estamos viviendo, siempre una puerta de salida, nunca ahogarnos es la solución, porque la fuerza la hallara dentro de Ti. No importa lo pasado que sea nuestra carga, lo importante es que entendamos que la solución puede ser más simple o que sobrellevarla puede resultar más liviana si aprendemos a manejar nuestras emociones satisfactoriamente y a nuestro favor, y no en favor de la desesperación.
Porque el secreto está en tener la capacidad de mantener la calma en medio de la tormenta para poder superar las pruebas más difíciles de la vida, sobre todo las experiencias nos van a ayudar a aprender a ver cada circunstancia compleja de tu vida desde la óptica, de manera a que el problema no te destruya por completo. Es por eso, que debemos tener una actitud positiva para salir adelante, pero tendiendo presente la autoestima de nuestro propio ser que te da la seguridad y la confianza en ti mismo que puede triunfar o tener éxito. Con todo esto también tenemos que tener presente que los miedos muchas veces son los grandes factores que impiden que tengamos éxito de nuestro proyectos personales y profesionales. Donde las pruebas de la vida es tomar conciencia de la importancia que es salir de esta situación a través de la fuerza psicológica(comportamiento), filosófica(pensamiento) y Teológica(espiritualidad) que está dentro de nosotros mismo sin que los malos momentos nos hagan caer. Recuerda que esta fuerza está dentro de ti, depende de ti encontrar la puerta de salida entender las reglas del juego (Ajedrez) que te propone la vida y aprender a jugar cada partida con tus mejores estrategias o capacidades desde tu conocimiento o experiencia a lo largo de tu vida porque al final de todo nacimos para triunfar y ser completamente felices sin olvidar que Dios es el centro de nuestra vida.
SOBRE EL AUTOR (Lcdo. Esp. Raúl Fernández Romero)
PSICOTEOFILO FERNANDEZ
PSICOLOGÍA- TEOLOGÍA – FILOSOFÍA
(Ocaña-Norte de Santander/Colombia)
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