Todas las personas buscan ser feliz. La felicidad es una decisión, es un estado emocional, es un bienestar… Si lo piensas bien, tiene muchos significados, pero todos se centran en lo mismo: La felicidad es cuestión de una decisión.
Ser feliz depende de ti mismo, está en tu interior, el cómo tú decidas sentirte y hasta qué punto permitas que tu alrededor te robe la tranquilidad. Uno de los secretos está en cómo concibes las situaciones que te rodean a diario, si permites que los problemas te agobien en vez de buscarles solución o si por el contrario, ves cada dificultad como una oportunidad para aprender y seguir hacia adelante con todos lo doloroso que puede ser el camino.
Para muchos la felicidad es la plenitud que te da por momentos obtener lo que deseas, bien sea algo material o emocional, incluso para la mayoría la felicidad depende del amor que pueda darte tu pareja y cómo llene tus instantes de detalles y cariño.
Has un alto y piensa: ¿Soy feliz?
Hazte esa pregunta y reflexiona tu respuesta. Continúa meditando, si la respuesta es negativa, ahora pregúntate: ¿Por qué no soy feliz? ¿Qué me hace falta para ser feliz? Son muchas las explicaciones que podrían surgir en una abrir y cerrar de ojos porque de repente nunca te habías detenido a analizar bien el por qué si vives y respiras no sabes si eres o no feliz.
Recuerda que la felicidad depende ti mismo, de las decisiones que tomes en tu vida, de los cambios que hagas en ella, de las vivencias que te permitas experimentar y en dedicar tiempo en hacer lo que más te gusta. Por ejemplo: para muchas personas bailar les proporciona felicidad.
Entiendes ahora que es cuestión de buscar esos momentos que te llenen a plenitud y no buscar la plenitud eterna porque no existe, siempre quieras o no surgirán situaciones incómodas que te harán alterar tu estabilidad emocional pero esto dependerá hasta qué punto permitas que te afecte.
En el camino encontrarás muchas personas que te dirán “no soy feliz” porque “mi pareja me abandonó” porque “no tengo lo que quiero” o simplemente porque “tengo muchos problemas en mi vida y no sé cómo resolverlos”. La recomendación es que no permitas que esas ideas pesimistas te envuelvan, si puedes dar un consejo, hazlo, pero no te alimentes de negatividad, eso opaca la felicidad.
Recuerda que la felicidad depende de ti
1. No depende de obtener un bien material o una apariencia física que atraiga todas las miradas. Hay personas que pasan toda su vida pensando e incluso creen firmemente que lograrían la felicidad teniendo una casa, un carro, mucho dinero, poder viajar, ser popular o tener cuerpo envidiable, al final con eso o sin eso serían las mimas personas infelices porque seguirían corriendo el riesgo de tomar decisiones equivocadas porque siempre buscaron la felicidad en el lugar inadecuado.
2. No depende de lo sublime. A veces las personas esperan que la felicidad les caiga del cielo, sin tener que hacer nada para conseguirla, porque se la plantean como un reto: la felicidad es un proceso en el que debes esforzarte día a día por alcanzarla y mantenerla. Recuerda no todos los días son iguales.
3. No depende del éxtasis de la plenitud. La alegría se desprende de la felicidad, es parte de ella por instantes, es lo que hace sentirte bien y estar en un estado emocional en paz. Es estar satisfecho con todo lo que tienes y te rodea: con tus expectativas, metas alcanzadas y sobre todo muy importante con tu autoestima, lo mucho que te ames a ti mismo.
Hay circunstancias en que lograr una meta es más difícil que otra, allí te sientes frustrado y piensas que eres infeliz, por eso lo recomendable es no establecer expectativas inalcanzables; al contrario, debes ser realista y trabajar adecuadamente en tus proyectos para que los puedas realizar, sorteando cada obstáculo que encuentres en el camino e ir manejando los fracasos con una alta autoestima.
Busca tener más momentos positivos que negativos: Una persona que aprende a ser feliz, disfruta a plenitud cada ocasión de alegría, de satisfacción personal, de bienestar e incluso de belleza. Eso ayuda a vivir las situaciones dolorosas con mayor fortaleza.
La felicidad vista como un estado emocional
Esto significa que la felicidad proviene de tu interior y es la sensación de bienestar emocional que puedas lograr en un momento determinado, esto es cuando tienes instantes de placer en tu vida que van de la mano con tu cotidianidad: compartir con amigos, una reunión familiar, ver una película, leer un buen libro o comer algo rico.
La felicidad vista como un estado más profundo
Se refiere a cuando te concentramos de lleno en alguna actividad que emprendes, te gusta tanto que todo lo que te rodea desaparece, esto te permite vivir ese momento a plenitud con una tranquilidad y paz que solo experimentas en ese momento.
La felicidad vista como un estado duradero
Esto solo lo da el vivir una vida llena de propósito, para qué vivo y por qué? Este estado lo experimentan las personas que se dedican a ayudar a los demás, participando en una noble causa por el prójimo y logrando beneficios para el bienestar de otros de manera desinteresada, sin esperar nada a cambio; sino que lo hacen por una satisfacción interna que los ayuda a afrontar los problemas y sufrimientos con una actitud positiva y de aprendizaje.
En otras palabras este estado es una forma o un estilo de vida que lleva a las personas a olvidarse de sí mismas para entregarse a los demás, pero que en el interior se conectan con su parte más íntima, llenan los vacíos que pueda ocasionar cualquier situación dolorosa, encuentran la armonía y no crean conflictos en la relación con su entorno.
Toma en cuanto que hay varios tipos de felicidad, pero nunca olvides que es cuestión de que decidas cómo quieres sentirte tú mismo y llevar tu vida todos los días. Solo sé es feliz si alcanzas disfrutar cada momento, si te conectas con tu interioridad, si aprendes que tu bienestar no depende de nadie sino de ti mismo y que a pesar de lo espinoso que pueda ser el camino, puedes aprender a afrontar cada dificultad con una actitud positiva y una alta autoestima que te ayudará a sonreír y a llenar tus días de instantes de alegría. Así que toma la decisión: ¡Sé feliz, hoy mañana y siempre!
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