Dentro de las dinámicas familiares es necesario aplicar una serie de normas de convivencia que faciliten la coexistencia y favorezcan la armonía y la concordia.
Esta elaboración y aplicación de una serie de reglas, en las que se incluyen tanto los derechos como deberes de aquellos que vivan bajo el mismo techo, es imprescindible independientemente del número de habitantes de la casa; siendo necesaria tanto para parejas sin hijos como para familias de cualquier tipo o número.
En los casos de núcleos familiares con hijos ayudará a establecer unos límites a la conducta de los más jóvenes o pequeños. De esta manera se podrán predecir y controlar aquellas situaciones que puedan generar un conflicto.
No obstante, el objetivo de la aplicación de normas y deberes en casa no es solamente que los hijos cumplan con una serie de obligaciones. Es necesario que los padres comprendan que para sus hijos cumplan las normas ellos también deben incentivarlas; siendo los primeros en cumplirlas y reconocer el esfuerzo de estos.
A largo plazo, el hecho de haber crecido en un contexto reglado, el cual les proporciona una serie de deberes, desarrollará el sentido de responsabilidad de los hijos. Cosa que les ayudará en su futura vida adulta. Sin embargo, la flexibilidad es clave para que este contexto no se convierta en un suplicio para los hijos.
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